1. Lee con atención el siguiente texto:
Blanca, brillante y seductora se dispone sobre una mesa, lista para hacer parte de mí. Las partículas de polvo vuelan dentro de mi nariz, como una nave que se sumerge en las profundidades del espacio, infinito y oscuro. Y el viaje comienza a la cuenta de diez.
Diez. Nueve, un extraño arroja ketamina sobre la mesa. Ocho, comienza a formar líneas con un 5 de espadas. Siete, “Estoy buscando keta, para pegar”. Seis, “Bienvenida”. Cinco, me entrega un billete enrolladlo. Cuatro, no, mejor un sorbete recortado. Tres, observo detenidamente la larga hilera. Dos, dispongo mi ser. Uno, inhalo fuertemente, sintiendo paso a paso como invade mi cuerpo. Ahora todo es oscuridad, ya no soy yo.
Mi cuerpo y mi mente son dos entes ajenos entre sí. No puedo detener el movimiento, crece en mí sin que sepa de donde viene ni a donde va. Inerte, inexistente, irreal. El mundo circundante ya no es más que algo que yo cree en mi cabeza. Frente a mi propia ineptitud para actuar de manera racional, me rio estrepitosamente. Hay otros como yo que me acompañan, solo que es muy difícil hablar, y me limito a balbucear cosas sin sentido y carcajear como una autómata.
Pero hay una fuga. Algo que se escapa de mi inconsciente y viene a mí en forma de pensamiento. Es algo que sacude mi ser y moviliza mis entrañas. Ya era consciente de que en la extraña rareza de mi esencia, mi vida jamás había sido convencional. Pero nunca antes había tenido el firme conocimiento del bizarro entorno en el que estoy inmersa. Hoy puedo asegurar que estoy viviendo el momento más insólito de mi vida.
En una semana, todo lo que daba por sentado, se cayó a pedazos. Aquellas cosas que me daban sentido, seguridad, cobijo y protección, ya no están y aquí estoy sola, rodeada de darkies y bisexuales que tratan de arrastrarme a sus inusuales modos de vida. Aunque en mis vanos esfuerzos por escapar de la autodestrucción y las tinieblas, me hundo en un vacio infinito.
Diez. Nueve, un extraño arroja ketamina sobre la mesa. Ocho, comienza a formar líneas con un 5 de espadas. Siete, “Estoy buscando keta, para pegar”. Seis, “Bienvenida”. Cinco, me entrega un billete enrolladlo. Cuatro, no, mejor un sorbete recortado. Tres, observo detenidamente la larga hilera. Dos, dispongo mi ser. Uno, inhalo fuertemente, sintiendo paso a paso como invade mi cuerpo. Ahora todo es oscuridad, ya no soy yo.
Mi cuerpo y mi mente son dos entes ajenos entre sí. No puedo detener el movimiento, crece en mí sin que sepa de donde viene ni a donde va. Inerte, inexistente, irreal. El mundo circundante ya no es más que algo que yo cree en mi cabeza. Frente a mi propia ineptitud para actuar de manera racional, me rio estrepitosamente. Hay otros como yo que me acompañan, solo que es muy difícil hablar, y me limito a balbucear cosas sin sentido y carcajear como una autómata.
Pero hay una fuga. Algo que se escapa de mi inconsciente y viene a mí en forma de pensamiento. Es algo que sacude mi ser y moviliza mis entrañas. Ya era consciente de que en la extraña rareza de mi esencia, mi vida jamás había sido convencional. Pero nunca antes había tenido el firme conocimiento del bizarro entorno en el que estoy inmersa. Hoy puedo asegurar que estoy viviendo el momento más insólito de mi vida.
En una semana, todo lo que daba por sentado, se cayó a pedazos. Aquellas cosas que me daban sentido, seguridad, cobijo y protección, ya no están y aquí estoy sola, rodeada de darkies y bisexuales que tratan de arrastrarme a sus inusuales modos de vida. Aunque en mis vanos esfuerzos por escapar de la autodestrucción y las tinieblas, me hundo en un vacio infinito.
1. Identifica algo que no está dicho en forma explícita en el texto, pero que se pueda inferir. Escribe una frase al respecto.
2. Elabora una hipótesis donde plantees una o varias razones que conlleven a los jóvenes a caer en la problemática expuesta en el texto anterior.
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